Por Kieran Egan 
English: It takes no longer to be interesting than it does to be boring.
Ese es un buen slogan: No toma más esfuerzo ser interesante que ser aburrido.
Transmite el significado de manera escueta y hace que la gente asienta y este de acuerdo. Ese es el valor de los slogans, por supuesto. El problema con ellos es que no siempre mantienen su integridad cuando se les examina de cerca. Veamos cómo nos va con este.
¿Toma más tiempo preparar una clase interesante en, digamos, física, o historia, que una aburrida?
El mensaje principal en el slogan es, por supuesto, que tenemos opciones en la enseñanza, y que optar por preparar una lección interesante no necesariamente significa más trabajo o tiempo, que optar por una clase más aburrida. Nadie, después de todo, busca ser aburrido con sus alumnos, por lo que el slogan golpea en el núcleo personal de la mayoría de los profesores. Es grato pensar que el tiempo que empleamos en planificar va a tener réditos en estudiantes interesados.
En el Grupo de Investigación sobre la Educación Imaginativa GIEI (Imaginative Education Research Group or IERG), creemos que comprometer la imaginación de los estudiantes casi garantiza que no daremos una clase aburrida y que también casi garantiza un aprendizaje más efectivo y de mayor calidad. Al hablar con profesores miembros de GIEI, nos damos cuenta que los principios de la Educación Imaginativa (Imaginative Education), sus programas y practicas diseñados para estimular las emociones y la imaginación de los alumnos para aprender, no son más engorrosos a usar por los profesores en la sala de clase que las practicas más habituales que generalmente ponen a los alumnos a dormir.
¿Pero es esto verdad?
Que la preparación de una clase de, digamos, Algebra o Física o Historia, no toma más tiempo en planificar y ensenar que una clase tediosa. Volvamos al slogan por un momento: se basa en la creencia que los alumnos interesados y comprometidos desde el punto de vista de la imaginación, van a aprender más efectivamente que estudiantes que están desmotivados y aburridos. Visto así, por supuesto, uno podría inclinarse a estar de acuerdo, lo que es, en última instancia, el propósito de un slogan.
Lo que tratamos de demostrar en GIEI es que adoptar un enfoque imaginativo, no implica invertir más tiempo en elaborar recursos cada vez más sofisticados. Los recursos por si no constituyen un enfoque de comprometer a los alumnos. Todos hemos presenciado clases altamente elaboradas, pero que fracasaron por una u otra razón. También hemos presenciado clases que fueron preparadas a la rápida, después de una noche sin sueno a causa del niño enfermo, etc… y que han resultado muy bien. A menudo se interpreta esto último como Serendipity, ¡pura suerte!
Una de las cosas que los miembros de GIEI hacen en los talleres es preguntarles a los profesores participantes que describan las clases que han salido muy bien y las que han sido desastrosas. Después se analizan los testimonios.
Casi invariablemente encontramos que los éxitos o fracasos, tienen poco o nada que ver con el tiempo o energía invertidos en la preparación y la entrega, y casi todo que ver con el uso de las herramientas cognitivas que estimulan la imaginación, en la clase.
GIEI ha tratado de demostrar que podemos caracterizar un set de herramientas cognitivas, que los niños reciben durante sus vidas en la interacción con el mundo que los rodea, y que son componentes de lo que imaginativamente compromete sus mentes a diferentes edades. La clave para una enseñanza efectiva es aprender a desplegar estas herramientas en la práctica pedagógica cotidiana. (La serie sobre las herramientas de la Imaginación [The Tools of Imagination Series] discute cada una de estas herramientas en forma individual. ¡Consúltela! )
Asi que quizás no tome más tiempo pensar en los contenidos de una clase en término de esas herramientas cognitivas, que preparar los contenidos en un molde que no las incluye. El tiempo y la energía invertidos en la preparación no es tan importante como el COMO se piensa en presentar el contenido. GIEI entrega recursos que demuestran como uno puede pensar en forma distinta sobre el contenido, y trata de ejemplificar como ensenando de esta manera no demanda más tiempo y energía que usando otras fórmulas que interesan menos a los estudiantes y por lo tanto son menos productivas.
En síntesis
Permítanme dejarlos con la idea que “interesante” no quiere decir elaborado o sensacional. Es solo una perspectiva, la propia de cada uno que moldea los contenidos para los estudiantes. Suscríbase a este Blog hoy si Ud. desea adoptar un enfoque que comprometa a los alumnos y que no necesita más tiempo de preparación para ser interesante. No hay nada que perder.
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